6/1/12

TAMBIÉN EL SILENCIO

No podría determinar con precisión si fue Juanito, nuestro entrañable amigo, o Borges, quien nos incitó y sumergió en ese sopor desprovisto de palabras. De Borges podría entenderlo, abrumándonos con su incansable, aunque cálida, erudición. De Juanito, para el caso en que sea cómplice o absoluto responsable de este enmudecimiento en el que hemos estado sumidos durante meses, podría atribuirlo a su influjo chamánico, innegable y contundente, una magia jaguar en cuya órbita hemos sido absorbidos, pero que parece enseñarnos que también el silencio cuenta, también la criogenia de las palabras que se han atesorado por días es necesaria para el diálogo. Bastó con que sus imágenes nos zambulleran en una especie de piscina romántica y dionisíaca, para que nosotros, antes batracios, comenzáramos a desarrollar branquias y nos convirtiéramos en peces alados de un cielo de revés, allí donde no son necesarias las palabras, donde también el silencio. O a lo mejor fue nuestro cónclave en junio de 2011. Después de eso, callamos, qué curioso. Aunque yo, ahora con la pericia de un escualo en estas procelosas aguas, comienzo a percibir ciertos hervores desde el magma de estas profundidades, no como esos hervores volcánicos en ciertas islas españolas del atlántico africano, aunque sí desde el interior indómito de todo ser humano. Hace unos años, y desde un interior semejante, escribí los siguientes versos, con los que concluyo:

"Es hora, es tiempo ya, de una buena
zambullida en dirección contraria.

Nos duele periscopio el hambre de desmán"

23/6/11

De Hostal tambo wasy




Ayer caí derribado a la piscina con la rabia del tequila violeta

y sentí mis ocasiones agotadas

Mi amor estaba escuchando salsa y recordé tu nombre

habría alguien más

por quien desvincularme del verano

y arrojar el licor en la intemperie desasida
Experiencia que ya nos separo

Tímida es una palabra que utilizan los hombres

para nombrar a una mujer temible

21/6/11

Dreamtigers I

Esta serie de vídeos me obsesiona desde hace cosa de un año. (Vistos así, en este mismo orden)
La fiera enjaulada.
Los insultos de la prensa.
Fujimori con su megáfono.
Zorba el Griego







17/6/11

Aquellos días en Nueva York


Borges y su obsesión por los tigres. Allá él con sus felinos sobredimensionados. A mí me alcanza, de momento, para gatos.

Fermín se llamaba el que tuve que cuidar y alimentar en Nueva York, el año 2002, a cambio de una estadía de algunos meses en el apartamento de una amiga, a pocos minutos de Times Square, con todo a mi disposición, mientras ella iba de vacaciones al Caribe.

No era mes de gatos, ni de celos, pero algo había en el ambiente del puente de Brooklyn, cierta mañana ya casi llegando al mediodía. Tal vez era la elusiva y sinuosa influencia de Fermín, pero lo cierto es que ese día me pareció ver a una linda gatita. Esperaba a un amigo en el puente. Ella miraba con insistencia, y yo por supuesto correspondí y agregué miradas y palabras de spot publicitario a la escena, ya sabes, el galán que se aproxima y serpentea como un felino sobre su presa.

Allá Borges con sus tigres. Pero hay gatitas en la vida, yo no sé.

Lo que pasara después, pregúntenselo a Fermín.

7/6/11

Guión para un spot publicitario

P encuentra cuanto necesita, y se larga al fondo con su exuberante whisky dorado y sus pisadas inconfundiblemente individuales de maldito y ahí es cuando P parece un pájaro y lanza una bolita de lana que atraviesa toda el ala exterior de la barra y se despliega totalmente como la mano de un cadáver en un último estertor hasta acabar al pie de la copa de una hija del breda de increíbles ojos violeta que en el acto arrastrada por sus preciosos miembros y claro sus reflejos felinos que la enloquecen. Es una fiera cualquiera en busca del hilo que se desmadeja sinuosamente, perceptible e imperceptible, jugando y dilatando y enflaqueciendo sus pupilas color de un mantel ordinario color de una diosa. Y entonces ya es una fiera en el centro del bar que parece de oro llevándose por encima copas, cigarrillos de clientes sopíferos e inaccesibles y da con el principio de la madeja con los ojos de P con la boca de P y su traje negro no violeta y un violento estallido entonces: el disparo de una remington. Los sopíferos clientes se derrumban de espaldas, muertos muñecos con sus hilos pero la dorada violencia del whisky sigue en la barra como proscrita, como culpable de no hacer a nadie feliz, esos ojos violeta parecen tristes todo alrededor se destruye y ya es una gata desnuda en medio de un cunnilingus sobrio y sutil.

Gatitos


Nos hemos montado una historia con el gato, a falta de que llueva y que la casa sea más grande, y que ese gato en realidad sea un gato, por el momento es una especie de fuego en medio de nuestros desiertos personales; esos mismos desiertos que ericka llama orden, que Ivan llama Real Madrid, que Eduardo llama friday de the cure. Por el momento todavía estamos buscando un nombre, Junio es una buena idea para empezar, y así no olvidamos su cumpleaños, y se queda con todos los santos del mes.

Hace algún tiempo le dije a una mujer, que los nombres inolvidables servían de contraseña, ojala se acuerde de mí.

6/6/11

Deriva del navegante


Abrazado a un barreño de plástico Tariq siente que el estómago intenta salirle por la garganta. Sin fuerzas para limpiarse las babas y los restos de bilis deja caer la cabeza sobre el suelo del camarote, entre las cajas de pepinos, los yogures y los refrescos que ruedan de un lado a otro. Y desea que la tormenta devore al barco. Desea desaparecer.

En ese momento una imagen viene a su mente: él de niño corriendo por una dehesa con una caja de galletas Artiach vacía en la mano. Tropieza y cae. Está solo y siente mucho dolor. Llora. Entonces nota una mano en el hombro, levanta la vista y ve a una niña de ojos verdes inmensos que le pregunta ¿Estás bien?

Nunca antes había visto a esa niña.

En medio del Cabo de Hornos, Tariq puede sentir el olor de las jaras y la hierba mojada, la caja de galletas vacía en la mano.

Sólo entonces, con la cara apoyada en un charco de vómito y atravesado de pies a cabeza por un recuerdo de infancia, Tariq es consciente de que nunca jamás encontrará el camino de regreso a casa.

4/6/11

Última Hora: La "crisis del pepino" se agudiza


http://www.adn.es/lavida/20110530/NWS-1388-pepino-crisis-alemania.html

Esto quiere decir: la crisis del "me importa un pepino". Según algunos analistas, los ciudadanos evitan comer pepino, no debido al pánico provocado por el riesgo infeccioso de cierta bacteria cuyo origen está en disputa, sino más bien como una forma simbólica de protestar y decir lo que realmente piensan, un resquemor acumulado durante décadas, ese gesto que ahora implica demostrar que la sociedad y sus problemas les importan más de lo que muchos creen, y que el narcotismo cívico es asunto del pasado.

Se trata de una nueva dieta. Más bien es una anti-dieta, basada en contrarrestar los excesos y desvaríos de globalizaciones, fatuidades, boom y burbujas inmobiliarias, países de gestas deportivas y fiestas compulsivas, plaf bursátil, avidez por el podio, la pasarela, el palmarés curricular, las radioactividades y cifras con muchos ceros a la derecha, todo mediante el mecanismo de engordar nuestras conciencias críticas y rebeldes, tan famélicas hasta ahora, tan dominadas por la dictadura del monetariado.

Entonces no es que ya importe un pepino. Importan las conciencias rechonchas, con todas sus pudibundeces espirituales expuestas, esas personas que un día se levantan y emprenden viajes al Oriente de su Indignación, hacia la Tierra Ignota de un lenguaje distinto, sin temor a que tal lenguaje les cambie, incluso en sus naturalezas, ni siquiera a que ese lenguaje les disloque el maxilar de tanto gritar y protestar. Errancias y aventuras a esos lugares que parecen oasis lejanos, desiertos o tierras desconocidas para quienes no se han atrevido a decir de frente la palabra BASTA. Lugares con nombres bellos y augurales como Plaza del Sol, y que están a la vuelta de la esquina.

Otras dietas se proponen en nuevas asambleas: contra el petróleo, la sacrosanta liquidez bancaria, las estampidas histéricas de consumo, y contra el hecho de producir automóviles como si fabricáramos zapatos, cocacolas, o yogures. Si así fuera -dice uno por ahí, con cara de chamán loco, poniéndose de pie en medio de los congregados- si así todo esto fuera, y ojalá lo sea, otro gallo, señores, menos gallináceo, menos pavorreal o mandamás, otro gallo, mucho más vivo, y sin que nadie intente negarnos o traicionarnos tres veces antes de que cante, otro gallo cantaría.

30/5/11

Nómada XIX




«Hay más filosofía en cien leguas de caravana que en diez años de lecturas y meditaciones. Me sentía feliz de errar así a la aventura, sin más camino que mi antojo, en medio de desiertos y tierras desconocidas... si me encontrase solo y sin afectos familiares llevaría esta vida durante años y años. Me gustaría no volver nunca a acostarme donde me hubiera despertado, pasear mi tienda desde las riberas de Egipto hasta las del Golfo Pérsico; no tener por meta, al anochecer, que el anochecer mismo; recorrer con el pie, con el ojo y con el corazón todas aquellas tierras ignotas, todas aquellas razas de hombres tan diversas de la mía...»

Viaje a Oriente, 1835
Alphonse de Lamartine
  

27/5/11

Yul Marleni

la poesia no cambia en nada mi situación.


eso que quiere decir.


que mi naturaleza es la de ser distinto.


lo hubieras sido si fueras albañil o ingeniero.


lo soy siendo poeta.


Yul Marleni cruzo las piernas remedando, la actitud de Yanina Luis, la chica que tenía un segundo nombre masculino y por fin no era José o Jesus.


la proxima vez que vuelvas a hacer eso, te meteré los dedos en la nariz.


El lenguaje es el resultado de la esclerosis y el desgate maxilar. En un pasaje de le temps perdu, Proust explica que el frances como idioma no es más que la pésima articulación de los sajones y los celtas con respecto al latin. Los músculos faciales están supeditados por la masticación y el tipo de alimentos. El carnivoro pueblo romano, frente a la frugalidad de los celtas y sajones: da como resultado el frances.


Se han descubierto tumbas en las riberas del amazonas con restos de chamanes que tenían el cóndilo y el maxilar inferior totalmente desgastados.

el lenguaje es un descubrimiento de los ancianos no de los jovenes,


se te va caer el arroz, dijo Yanina L. y en efecto el arroz se volco sobre la colcha y las sábanas, esparciendose sobre la cama.

me importa muy poco.

Claro dijo Yanina Luis, y se estiro de ese lado de la cama y se revolco sobre el arroz.


el lenguaje te cambia Yul, no lo entiendes o no lo quieres aceptar. Yanina se revolcaba divertida sobre el arroz cocido.


y la neurociencia y los estudios que se han hecho a nivel genético.

estaban en eso cuando llamaron a la puerta, era Walda con resaca comiendo un Yougurt.

Has descubierto que sigue siendo el mismo idiota.

He descubierto que ha cambiado.

lárgate de aqui estupida.

entonces Yul alejo las piernas desnuda de Walda de la cama, mientras esta reía con las burbujas blancas del yogurt en las comisuras de sus labios.

25/5/11

Esto no es un yogur


André Breton nunca comía yogur. Le encantaba, el problema no era de gusto. Es más, hubo épocas en las que podía alimentarse exclusivamente de yogur. Pero ya nunca lo comía. A Monsieur Tanguy, creador de las noches del yogur natural (todos los viernes a partir de las 20h), no había nada que le gustase más que escuchar la historia del origen de la aversión hacia el yogur de André Breton.

Cuéntalo, cuéntalo otra vez, por favor, por favor, por favor…

La historia era así:

Todo se remontaba a una tarde de verano en la que Breton, superando su inicial reticencia a mostrarse desnudo, accedió a acudir a una playa naturista en la que un grupo de intelectuales se reunía para tomar el sol y hablar sobre política y literatura. Tras varias horas al sol debatiendo acaloradamente, Breton decidió darse un chapuzón. Una vez dentro del agua, cuando ésta le cubrió hasta la cintura, sintió un escozor terrible (un escozor místico apuntaba siempre Dalí) en su pene. Una furia volcánica que nacía de su glande (aquí Monsieur Tanguy ya lloraba de la risa) que hizo que saliese corriendo del agua, retorciéndose, dando terribles alaridos.

Rápidamente el grupo de intelectuales se acercó a ver qué le pasaba, haciendo un círculo en torno suyo. ¿Qué sucede? ¿Qué sucede? Se preguntaban. Tal vez le picó una medusa decían unos, debe ser una reacción alérgica al yodo del mar se atrevían otros a diagnosticar. Así hasta que un poeta suizo de más de dos metros (el típico poeta suizo gigante y maricón apuntaba siempre Dalí) se arrodilló junto a Breton y le dijo. Tranquilo, ya pasó, deja que vea y posó una mano en su hombro. El tacto de la mano del poeta suizo causó un efecto analgésico en Breton, que dejó de gritar y apartó sus manos para que el poeta pudiese mirar.

Por Dios, cariño ¿quién te ha hecho esto? Comentó el poeta gigante suizo al ver la cicatriz de la polla de Breton, producto de una circuncisión chapucera, digna de un carnicero, a la que se sometió el Papa del surrealismo en la adolescencia para superar los problemas que le provocaba la fimosis (Anda que no se han hecho bufandas con lo que sobró en aquella circuncisión, apuntaba siempre Dalí) Pero esa es otra historia, la historia de la circuncisión de Breton. Bueno, mi amor. Continuó el poeta. A ti lo que te pasa es que has tomado demasiado el sol sin protección y te has quemado tu pequeña papillon (aquí Monsieur Tanguy se retorcía) Breton no daba crédito ¡y qué hago! Gritaba ¿Qué me va a pasar? Tranquilo mi amor, le dijo el suizo, esto se pasa metiendo la chorra en un cuenco con yogur, es lo mejor para hidratar, el yogur natural. Y así se pasó Breton tres días con sus tres noches con el pene metido en un cuenco con yogur (Buñuel nunca lo confesó, pero le encantaba imaginarse a André Breton con la polla metida en un cuenco de yogur) Y la cosa es que la quemadura mejoró, ya lo creo que mejoró. Pero desde entonces ya nunca volvió a comer yogur el bueno de Breton.

22/5/11

Jarabe contra la impaciencia


Había que seguir, quería continuar, pero cómo. Instrucciones: detenga a tiempo la escena del hombre que corta la lata de cocacola con un cuchillo, utilizando la función "stop", y luego "rewind". He ahí el mejor puñal para dirigir al centro de esa imagen y clavarla en una pantalla, en la pared, en sus sueños o pensamientos, donde usted quiera. Si no encuentra la escena aquí, vaya más abajo y lea el post titulado "Grigori".

La ansiedad por seguir va entonces a la inversa. La impaciencia por decir. La impaciencia de los hechos y personas que a cada paso te interrumpen y requieren opiniones, decisiones, palabritas, manifiestos, adherencias, aprobaciones, réplicas. Una ventana, y luego otra y otra, y haga clic aquí, diga sí, diga no, diga no sé, vuelva a hacer clic, salga, vuelva a entrar, confirme su contraseña, respóndeme el email, escriba, escriba, exhiba, publique con nosotros, sincronice sus palabras en nuestros altavoces, pero respóndeme el mensaje, dime algo por favor. Se me olvidó la contraseña.

Felizmente, todavía queda cocacola en la lata. Pero la mezcla entre matemáticas y poesía, el efecto inflacionario que producía en mi ego la posibilidad de hallar el vínculo entre cuántica y cosmología, la aparición de cierto manifiesto en pro, y de inmediato otro en contra, y luego uno en contra del contra, y después otro apoyando el primer contra en contra del pro, y, por último (sí, por favor, acaba ya), mi indecisión estética ante estos manifiestos, sea del lado de la experiencia o del lado experimental, de la física newtoniana o de los universos de "n" dimensiones, provocaron en mí la firme determinación de entregarme sin piedad a la práctica de actos completamente pueriles.

Ya que me gusta tanto el yogur, se me ocurrió mezclarlo con cocacola. Cualquier escritura que a partir de ahí se pretendiera, tenía que estar a la altura de las probables virtudes de tal brebaje. Por un lado, me ceñía a la experiencia (comer yogur); aunque por otro, me arrojaba a los abismos de la experimentación (mezclarlo con cocacola). Una escritura distinta, como mezclar yogur con cocacola, como pillar aquella partícula tan escurridiza que te abriría las puertas (otros prefieren ventanas) a los vacíos interestelares, libre ya de ortopedias verbales, sin temor a un posible cadalso. Una escritura como trinos de pajaritos con dolores de muelas.

La clave está en las neuronas, acelerar a fondo el motor de las neuronas. El jogo bonito de las neuronas, o una jauría como de dóbermans al interior de la cabeza: la neuroderiva.

La película sigue rebobinando, hasta que se detiene automática y misteriosamente en una escena donde hay una chica que, en medio de la multitud de una gran manifestación, alza un cartel con el siguiente mensaje: "Yo no soy antisistema, el sistema es anti-yo".